domingo, 5 de abril de 2009

Música en infantil

Un niño es una tabla en blanco, es un folio sobre el que escribir, un trozo de arcilla que modelar… y a la vez es la verdad más real, el mejor de los críticos, el más veraz y constructivo… y con ello es con lo que construimos la música en infantil, con esta materia prima de altísima calidad.
Porque creo en esto es por lo que a mi parecer se pone poca atención en el nivel de los materiales con los que se trabaja en infantil.
Un niño es un niño… no es sordo.
Si a un niño le acostumbras a una música de baja calidad, o le haces llegar la idea de que “con que tenga un poco de ritmo vale”, seremos lo responsables de que mañana sean escuchantes poco exigentes, crearemos un publico fácil con un listón asequible para cualquiera que quiera vender una música que “con que tenga un poco de ritmo valga”.
Que crítico puede parecer, pero con estas palabras quiero expresar mi preocupación por la calidad de la música que se trabaja en infantil, porque en ocasiones infravaloramos lo importantísima que es la labor que se hace a nivel ya no solo musical, si no auditivo durante esta etapa.
Hay grandes profesionales docentes que trabajan a fondo la discriminación visual, los colores primarios, las texturas, hasta jornadas dedicadas a los sabores y olores de los alimentos, se forma exhaustivamente y buscan la forma más creativa e innovadora de presentar estos contenidos, pero echo de menos un poco más de atención al oído, y no solo hablo de la música, también de los ruidos del día a día de los sonidos de la naturaleza, de discriminar algo tan básico como las diferentes voces de los compañeros… hay tanto por hacer...